domingo, 28 de agosto de 2011

Capítulo 8.

Capítulo 8:

Narra Emma:

Ya hacia tres días que no veía a Nicholas. Luego de que discutimos esa vez, no volví a hablar con el. Necesitaba arreglar las cosas. Así que segura de lo que haría, me dirigí hacia la casa de la familia Jonas. Al llegar, toque el timbre como lo hacia siempre y Joseph abrió. No se sorprendió de que estuviera allí, y hasta sabía porque motivo me hallaba en su casa.

-¿Vienes a hablar con Nick? ¿No? – Preguntó perspicaz.

-Si, necesito hablar con el. – Respondí.

-Lo siento Emma, pero el no está en casa, regresara en unas horas. – Indico. Pensé un minuto, y me di cuenta que también sería bueno conversar con Joe, teníamos muchas cosas de que hablar.

-Oh, es una lástima.- Dije. – Pero… ¿podemos hablar nosotros? – Propuse un poco insegura.

-¿Nosotros? – Cuestiono el confundido.

-Si… en realidad, creo que tenemos de que hablar. – Insistí.

-Está bien. – Acepto Joseph, y me permitió pasar a su hogar. Me senté en uno de los sofás del living, mientras Joseph tomaba parte de su tiempo en preparar dos cafés. Luego de unos minutos, regreso con el preparado, y se sentó frente a mi. Estuvimos en silencio unos minutos, mientras bebíamos algunos sorbos de aquella bebida caliente, hasta que escuche a Joe a hablar. Se decidió y se animo a dar el primer paso en esta conversación algo extraña.

-Emma… supongo que quieres saber porque no soy el mismo de antes. – Expreso en lo cierto.

-Bueno, en realidad yo... no es exactamente lo que quiero saber. – Dije entre dudas. Joe me miro algo confundido.

-¿Qué es lo que quieres saber entonces? – Cuestiono.

-Joe, quiero que sepas que no soy entrometida, y que solo quiero saber por que me ignoraste al verme. ¿Por qué me trataste mal? – Exclame sincera. Joseph suspiro profundamente y luego se decidió a hablar.

-No fue nada fácil mi pasado, debes saberlo. Personas que quería mucho, que eran de mi confianza, me traicionaron, me engañaron, jugaron conmigo, juro que realmente no merecía lo que me paso. – Contó el un poco enojado por recordar aquellos horribles recuerdos. – Y decidí ser otro. Ya no soy el mismo estúpido. – Dijo con disgusto.

-Nunca fuiste estúpido, Joe. – Corregí sus palabras. – Solamente te equivocaste, como cualquiera. Y te rodeaste de malas personas. Pero siempre tendrás a tus hermanos, a tu familia. – Intente consolarlo.

- Lo sé pero… A decir verdad, ahora me cuesta demasiado confiar en las personas. – Confeso.

-No lo creo. ¿Estás confiando en mi ahora, no es así? – Pregunté.

-Tienes razón. Pero tu Emma, tu eres diferente. Se que eres incapaz de ser falsa conmigo. – Exclamo al mismo tiempo que renacía su lado de chico bueno. – Perdón, te trate muy mal, y tu lo único que haces es hacerme sentir mejor. – Se disculpo.

-No tienes que pedirme perdón. Te entiendo, Joe. Puedes confiar en mí. – Dije comprensiva, mientras le regalaba una cálida sonrisa amistosa. Luego de esa conversación tan profunda, seguimos charlando, durante una hora. Fue muy bueno para mí poder dejar las cosas en claro con Joseph, ahora lo podía comprender, no había más dudas ni misterios. En un momento, el teléfono de la casa sonó, y Joseph se dirigió a atender la llamada. Al regresar me dijo que era Nicholas, que quería decirle que vendría a cenar con Natalí. Así que mis esperanzas de arreglar el problema con Nick, se desvanecieron, al menos por ahora. Pero antes de irme, Joe me detuvo.

-Emma, Kevin traerá a Sophia también. Y ya que estás aquí… ¿quieres quedarte a cenar? – Propuso amistosamente con simpatía.

-No lo sé… es que… No le caigo muy bien a Natalí. – Dudé.

-No te preocupes por ella, si quieres quedarte ¡Quédate! – Insistió. Y finalmente acepte la invitación. Decidimos hace la cena juntos. No sabía que Joe tenía experiencia en cocinare. Cuando Nick y Natalí llegaron yo me encontraba en la cocina. Sentí que hablaban y se dirigían hacia el comedor. Mientras Joseph les decía que la cena ya estaba casi lista. Mientras terminaba los últimos detalles, Nicholas apareció detrás de mí.

-¿Qué haces aquí? – Pregunto confundido.

-Joe me invito a cenar. ¿Te molesta? – Conteste fingiendo ser indiferente.

-No… en realidad me alegra que estés aquí. – Dijo. Y yo sonreí.

-Lo siento Nick, no quería discutir contigo aquel día. ¿Podemos ser amigos otra vez? – Pregunté desechando todo mi orgullo que no hacia más que alejarnos.

-Claro que sí. Yo también te pido disculpas, Emma. – Expreso cálido y luego me abrazo cariñosamente. Me sentí mejor al haber solucionado tan rápidamente nuestros problemas. Nos dirigimos juntos hacia el comedor, y comenzamos a cenar tranquilamente. Aunque estaba segura que mi presencia le molestaba a Natalí. No me miraba para nada bien, y lo único que hacia era resaltar todo el tiempo que Nicholas era su novio, y lo felices que estaban. Mientras que Sophia y Kevin conversaban amablemente con todos, ellos eran realmente tranquilos. Denise estaba encantada conmigo. Hasta nos felicito a Joe y a mí por la exquisita cena que preparamos juntos. Todo estaba bien, hasta que en un momento, me puse de pie para buscar el postre, y debí pasar detrás de Natalí, quien accidentalmente arrojo bebida en mi remera.

-¡Oh, lo siento! No quise hacerlo. – Dijo ella. Pero yo percibía que lo había hecho con la intención de derramar la bebida en mí.

-Está bien, no importa. – Exprese. Aunque por dentro me sentía enojada.

-Emma, ven conmigo, te daré otra remera. – Indico Nick atentamente. Y su novia lo miro rabiosa al mismo tiempo que yo seguía a su chico. Entramos en su habitación, y me dio una de sus camisas. Yo reí al verla. Me daba gracia usar su ropa. El solo sonrió con picardía. Me metí en el baño a cambiarme, y Nick se quedo esperándome del otro lado. Al salir, me observo diferente. Se acerco lentamente a mi, y la verdad que pensé que iba a besarme. Pero no lo hizo. Solo prendió dos botones delanteros de la camisa, que habían quedado desabrochados.

-¿Qué tal me queda? – Pregunté algo sonrojada por la situación.

-Te ves genial. – Me alago. Y yo me eche a reír nuevamente.

No sé exactamente lo que pasaba entre nosotros. Podíamos ser los mejores amigos, pero más de una vez sentía que había algo más que nos unía, y no era solamente un simple sentimiento de amistad.

lunes, 22 de agosto de 2011

Capítulo 7.

Capitulo 7:

Narra Emma:

Llegue a mi casa y mi hermano Taylor seguía despierto. Estaba mirando televisión, pero la apago para poder conversar conmigo. Al instante percibió que estaba rara, y que algo me había sucedido. Por eso me pregunto preocupado.

-¿Qué te paso? – Preguntó.

-Nada. En realidad, quisieron jugarnos una broma a Nicholas y a mí, pero les salió más. Nos encerraron en un armario, y bueno, ya sabes de mi problema. – Conté. – Fue algo estúpido. Ya estoy bien. – Dije.

-¿En serio estás bien? – Volvió a preguntar.

-Si. Ya paso. – Conteste tranquila.

Luego seguimos hablando sobre todo lo que había sucedido. Le conté que Nicholas me había ayudado, que el era diferente porque nunca participaba de esas cosas típicas de los chicos de su edad. El era diferente, más maduro, correcto, pero sin dejar de ser divertido, cariñoso, y un verdadero amigo. Me fui a dormir pensando en la manera en la cual se comporto conmigo cuando me puse mal. Como me consoló, me abrazo, me hizo sentir más tranquila. Todo eso me demostró que era un chico tierno y comprensivo, algo que esperaba de el.

Narra Nick:

Al día siguiente, todavía continuaba pensando en lo que había ocurrido la noche anterior. Sentía que había algún motivo por el cual Robbie hizo ese tipo de “broma”. Así que al instante en el cual vi a Joe en casa, le pregunté sobre eso. Y fue la primera vez después de mucho tiempo que me contó algo como lo solía hacer antes.

-¿Por qué Robbie nos encerró? ¿Qué quería lograr con todo eso? – Pregunte curioso.

-Mira Nick, todo aquí sabemos como es Robbie. Generalmente todo lo que quiere, lo tiene. Y si no lo obtiene, se pone furioso. No puede aceptar que perdió algo. – Contó Joseph.

-¿Y? ¿Qué es lo que quieres decir con todo esto? – Cuestione nuevamente confuso.

-Que Robbie hizo una apuesta, Nick. Aposto que besaría a Emma, y no lo puedo hacer porque ella se negó. Entonces busco una forma de vengarse, por primera vez se sintió rechazado. – Explico detalladamente.

-Con esto que me dices, no me queda duda de que es un idiota. – Exprese algo enojado. - ¿Quién se cree que es? – Especulé. Joseph lanzo una breve carcajada. Después de escuchar todo eso, me sentí más desconcertado aun. Ahora dudaba si debía contárselo a Emma, o quedarme callado, no quería lastimarla con algo tan estúpido. Y como si esto no fuera suficiente, llego Natalí a mi casa y comenzó a cuestionarme con desconfianza.

-¿Qué hacías con Emma anoche? Te olvidaste por completo de mí. – Indago recelada.

- Lo siento. Ella tuvo un problema, y como soy su amigo, la ayude. – Dije con tranquilidad.

-Sabes que Nicholas, no te creo una sola palabra de lo que dices. – Expreso dudosa. – Mis amigas vieron cuando la besabas. – Acoto.

-¿¡Que!? – Exclame sorprendido. – Mienten, Natalí. Y no es la primera vez que lo hacen. – Dije intentando hacerla reflexionar. Sus amigas realmente la engañaban.

-¿Ellas mienten? Creo que es al revés. – Expreso. Yo suspire agotado, al mismo tiempo que intentaba hacerla entrar en razón, pero ella no escuchaba nada de lo que decía.

-Te lo diré por última vez. Te estoy diciendo la verdad. Si no me crees, y prefieres dejarte llevar por lo que te dicen las demás, sal por esa puerta ahora mismo. – Exprese despechado. Y ella manteniendo su actitud totalmente ignorante e indiferente, abandono mi casa, dejándome con un nudo terrible en la garganta, pero al mismo tiempo sintiéndome aliviado. Al instante en que Natalí abandono mi casa, Kevin apareció. Había oído todo, y le pedí un consejo. Me dijo que ella en poco tiempo entraría en razón, y se daría cuenta de lo que había hecho. Y con respecto a Emma, me aconsejo que aunque doliera, debía decirle la verdad. Kevin era mágico, siempre encontraba una buena solución, y se tomaba las cosas con calma. Creo que tenia esa actitud porque al ser mayor que yo, ya tiene experiencia en este tipo de situaciones.

Entonces sin excusas, me dirigí hacia la casa de Emma. Pero al llegar me encontré con ella junto a Robbie, en la vereda de la casa. Igualmente interrumpí. Emma por un momento dejo a un lado a Robbie, y se acerco a hablar conmigo.

-¿Qué hace el aquí? – Pregunté.

-Nick… estamos hablando. En realidad se disculpo por lo que sucedió ayer. – Contó ella algo distraída.

Así que te pidió disculpas… ya me lo imaginaba. El es tan sincero. – Exprese con sarcasmo. Y esto a ella no le agrado en absoluto.

-¿Qué dices Nicholas? Ya deja de hablar mal de Robbie. – Exclamo algo enojada.

-¡Bien por ti! Ahora lo defiendes. – Dije. – Si supieras lo que tengo para decirte sobre el… - Exclame intentando que cambiara de opinión. Pero se enfado aun más.

-No quiero saberlo, no me interesa. En vez de venir a criticar a Robbie, deberías ir a detener a tu novia que esta hablando pestes sobre mí. – Dijo totalmente enojada. No me dejo contestarle, ya que se alejo tanto como pudo, y quede solo. Debía detener a Natalí, se notaba en su rostro que tenia algo contra a Emma.

Narra Kevin:

Como lo hacía todas las tardes, fui a visitar a Sophia. Nos gustaba estar en su casa, porque siempre comíamos algo, mirábamos televisión, escuchábamos música, o simplemente conversábamos de la vida. Ella era una chica totalmente inteligente, dulce, y linda. Ese día al llegar, Soph estaba junto a su amiga Melody, así que nos quedamos platicando los tres juntos.

-¿Y tu Melody? ¿Te gusta algún chico? – Pregunto Sophia entre risas. –

-No. Bueno, en realidad si. –Respondió entre dudas.

Creo que harías buena pareja con Joseph. – Acoté. En realidad, tenía la noción de que Melody sentía algo especial por mi hermano, desde mucho tiempo. Ella se sonrojo al escuchar mi breve opinión, y no dijo nada más. – Melody ¿quieres que te diga algo sobre Joe? – Pregunté con confianza.

-¿De que se trata? – Cuestiono curiosa.

-Tu sabes todo lo que le sucedió a Joe, y bueno el ahora protege de sobremanera a sus emociones, y desconfía de casi todo el mundo. Solo una chica muy especial, y buena como tú podría llegar a su corazón y superar los obstáculos. Si de verdad lo quieres, búscalo. De verdad vale la pena. – Aconseje. Y al instante ella sonrió animada, y con un brillo en sus ojos que no había visto antes. Le di una esperanza. De cierta manera, volví a animarla para que peleara por ser algo más en la vida de Joseph. El se merecía a una chica como ella, la necesitaba.

martes, 16 de agosto de 2011

Capítulo 6.

Capítulo 6:

Narra Joe:

Contemple por completo la escena cuando Emma se negó a besarlo a Robbie. Admito que fue muy gracioso, es anormal que una chica ignore a Robbie. Creo que es la primera vez que le sucede. Y estoy seguro que el está muy molesto, sobre todo porque perdió la apuesta que realizo con nosotros. La misma constaba en besar a Emma el día anterior, y como todos sabemos, no lo logro. Y le fastidiaba demasiado perder, y más cuando se trataba de chicas. Llegue a la casa de Max, donde también se hallaba Scott y Robbie, que al verlo, me largue a reír como un idiota. Y Robbie me regalo su peor cara.

-¿De que te ríes? – Pregunto estúpidamente.

-Perdiste tu apuesta. – Dije y retorne a burlarme de el nuevamente.

-¿Es cierto? – Preguntaron Scott y Max que hasta el momento no lo sabían. Robbie suspiro al mismo tiempo que se quejaba de mis burlas.

-Si, lo acepto. Perdí la apuesta. Pero las cosas no van a quedar así ¿escucharon? A mi nadie me ignora. Y mucho menos una chica como ella. – Expreso totalmente enojado y avergonzado por su derrota.

-Como tú digas, perdedor. – Respondí bromeando. – Ah por cierto, feliz cumpleaños Max. – Lo felicite.

-Al fin alguien se acuerda. – Expreso mirando a Robbie y Scott que todavía no lo saludaban.

-Feliz cumpleaños. Siento haberme olvidado. – Dijo Scott y luego rio. – Invita a más gente, yo puedo pagar la comida y la bebida, como regalo. – Propuso. Y todos aceptamos. Max invito a las chicas, y luego decidió invitar a mis dos hermanos. Aunque Kevin no fue, porque decidió quedarse junto a su novia, Sophia. Irían al cine. Así que solo fue Nicholas, junto a John, Corbin, Liam, Natalí, Emma, Amber, Kelly, Jenna, Wendy y Melody.

Mientras cenábamos en la sala principal de la casa, la música estaba a todo volumen. Luego Robbie comenzó a sacar algunas botellas de bebida alcohólica, y comenzamos a beber.

-¿Emma podrías traer algunas bebidas que quedaron en el armario? Tú estás más cerca. – Preguntó Max. Ella acepto.

-Te acompaño. – Dijo Nicholas que la siguió por detrás. En ese instante Robbie también se puso de pie, y me di cuenta que tramaba algo. Estaba seguro que quería vengarse de Emma, pues ella lo había ignorado, y por lo tanto el perdió la apuesta.

Narra Emma:

Entre al amplio pero breve armario, a buscar lo que los chicos pedían. Nicholas me siguió, y entro conmigo para ayudarme a traer las cosas. Nick subió a la pequeña escalera para alcanzar las bebidas, y al instante la puerta se cerró, y escuche como alguien giraba la llave, dejándonos atrapados allí dentro. Di media vuelta casi desesperada intentando abrir, pero estaba trabado. Alguien lo había cerrado intencionalmente. Odiaba estar así, porque era claustrofóbica, y no podía estar mucho tiempo en lugares tan cerrados.

-¡Nick estamos atrapados! – Exclame con desesperación.

-Tranquila, vamos a salir de aquí cuanto antes. – Dijo mientras forcejeaba y peleaba contra la puerta.

-Alguien lo hizo a propósito. – Me queje. – No puedo estar aquí mucho tiempo, voy a quedarme sin aire, y vamos a morir aquí encerrados. – Exprese intranquila y un tanto exagerada.

Nicholas lanzo una breve risa burlona. – No vamos a morir. – Dijo serio.

-Necesito salir, hablo en serio, no puedo soportar estar en lugares cerrados, me siento mal. – Dije con lágrimas en los ojos.

El me miro, y notó que no era una simple escena dramática y exagerada, si no que realmente era un problema para mí estar atrapada ahí dentro. Entonces se acercó un poco más y poso sus manos en mis hombros, mirándome fijamente a los ojos.

-Hey, mírame. Tranquila ¿sí? Prometo por lo que más quiero, sacarte de aquí ahora mismo. Nada malo va a pasarte. Trata de mantener la calma. – Dijo intentando tranquilizarme. Y me transmitió la sensación de que todo estaría bien. Al instante sonreí levemente y lo abrace un poco asustada. Luego el siguió insistiendo en abrir la puerta.

-¡Abran ya! ¡Esto no es gracioso, no es divertido! – Expreso a los gritos un poco enojado. Pero nada respondía. - ¿Traes tu celular? – Preguntó. Acto seguido le entregué mi teléfono, y concibió una llamada.

-¡Joseph alguien nos encerró en el armario! Ábranlo ahora. Emma no se siente bien, abran ya. – Exclamo a través del teléfono. Y unos minutos después Joe abrió la puerta.

Narra Nick:

Cuando salimos de allí dentro, vi a Robbie reír con sus amigos, como si esta situación fuera divertida y graciosa. Lo miré enojado. ¿Cuándo será el día en que pueda madurar un poco? – Pensé. El y sus actitudes me desagradaban por completo.

-¡Como se te ocurre hacer eso! – Pronuncie furioso.

-No exageres Nick, todo está bien, fue una simple broma. – Se defendió Robbie.

-No, nada está bien. Ella se siente mal. Eres un idiota. – Dije firme al mismo tiempo que contralaba mis intensas ganas de golpearlo.

-Nick… no importa, vamos afuera, por favor. – Pidió Emma. Entonces mire a esos chicos idiotas indignado, y salí con Emma hacia el exterior.

-¿Estás bien? – Pregunté preocupado.

-Si… solo necesitaba tomar un poco de aire fresco. – Contesto con una linda sonrisa. – Sabes… creo que quede como una estúpida, exagerada. – Dijo.

-No… entiendo que eres claustrofóbica, no te sientas mal por eso. – Exprese intentado hacerla sentir mejor.

-Es que, tal vez todos piensan que es un capricho lo de la claustrofobia, pero me sucede por recuerdos horribles que me atormentan. – Confeso tristemente. – Mi padre… bueno el, no era muy bueno conmigo, cuando yo hacía algo malo, siempre me castigaba, y el… el me encerraba en el ropero por horas. Recuerdo cerrar los ojos tan… tan fuertes esperando que alguien abriera. – Contó con los ojos húmedos y la voz entrecortada. Sentí una impotencia terrible cuando ella narraba esas memorias, me estaba confesando un secreto tan doloroso, y tenía que contenerla de alguna manera. No supe que palabras decirle, pero si la abrace con fuerzas. – Perdóname por hacerte pasar este momento… pero necesitaba descargarme de alguna manera, solo mi hermano sabe esto, es que normalmente me duele recordar estas cosas. – Expreso con confianza.

-Tú en mi puedes confiar, siempre. Soy tu amigo y estoy aquí para escucharte ¿sí? No tengas miedo de hablar lo que sea conmigo. – Dije comprensivo.

-Gracias, en serio. – Agradeció ella quitándose algunas lágrimas. Quise hablar nuevamente pero justo su amiga Melody apareció tras ella. La buscaba porque debían regresar a sus casas.

-¿Estás bien? – Pregunto Melody a Emma. - ¿Nick te hizo algo? – Insistió al verla con los ojos húmedos.

-No, no. Solo recordé algo, no tiene importancia. – Dijo ella.

-Espero que sea cierto. Venía a decirte que ahora me voy a casa, y digo, como vivimos cerca regresemos juntas. – Exclamo la chica.

-Sí, está bien, vamos a casa. – Acepto Emma. Luego se acercó a mí, y me proporciono un dulce beso en la mejilla. – Adiós, Nick – Susurro.

-Adiós, nos vemos pronto. – Conteste.

Y se fue. Dejándome con una mezcla de sentimientos incomprensibles. Me sentía mal por ella, quería matar a los chicos por hacerla pasar un difícil momento, y a la vez quería ir corriendo y quedarme con ella por el resto de la noche, haciéndola reír. ¿Qué estaba sucediendo con mis emociones?

domingo, 14 de agosto de 2011

Capítulo 5.

Capitulo 5:

Narra Emma:

Salimos junto a Robbie hacia afuera. Caminamos un poco por el exterior, conversando sobre cosas totalmente normales, sobre nuestras vidas. Aparentaba ser un chico bueno, con una personalidad sencilla. No podía creer tener a un chico tan atractivo a mi lado, debo admitirlo, era genial. Luego de media hora, regresamos a la casa de Melody. Allí seguimos platicando un poco más, pero esta vez con todo el grupo. Al finalizar la reunión, Robbie me acompaño hasta mi casa.

-Estás muy linda hoy, digo… sigues muy linda. – Me dijo cariñoso.

-Gracias. – Conteste con una sonrisa y mis mejillas enrojecidas. El se acerco un poco más de lo normal hacia a mi, y noté que intentaba encontrar mis labios con los suyos, tratando de besarme con deseo. Moví mi cabeza un poco para impedirlos, y el me miro confundido.

-No sé como se comportan las demás chicas contigo. Pero yo no soy como las otras. – Dije firme y de inmediato ingrese a mi casa sin despedirme. No me había agradado en absoluto su actitud, y su comportamiento que hizo sentir incomoda. Al entrar a mi casa, me coloque mi pijamas, quite mi maquillaje, y sin pensarlo, fui a dormir. Necesitaba descansar.

Al día siguiente en la tarde, Robbie regreso a mi casa. Mi hermano lo atendió y lo miro un poco confuso.

-¿El… es? – Preguntó sensato.

-Taylor, es el un amigo, Robbie. – Dije presentándolos. Robbie extendió su mano, y mi hermano le correspondió el saludo. Luego nos dejo solos, se fue en silencio. Aunque percibía que nos estaba mirando desde algún lugar.

-Quería disculparme por lo que sucedió anoche. – Dijo sin dejarme pronunciar palabra alguna.- Me porte muy mal. – Admitió.

-No estuvo tan mal… - Dije y reí sutilmente. – Solo prefiero que vayamos más despacio, tal vez conocernos, ser amigos.- Propuse ilusionada.

-Como tú quieras. – Expreso el. – Ahora te invito a tomar algo, para recompensar lo de ayer. – Planteó.

Yo acepte encantada y me prepare para ir en tan solo unos pocos minutos. Salimos hacia el centro comercial de la ciudad, y allí tomamos unos deliciosos licuados frutales. Luego recorrimos el lugar completamente, y nos divertimos entra risas. La pase fantástico. Así paso exactamente una semana. Salía junto a Robbie todo el tiempo. Me gustaba pasar tiempo con el. Todo iba completamente bien, hasta que un día fui a visitar a Nick, y finalmente Joseph me hablo.

-¿Así que sales con Robbie? – Preguntó curioso.

-Si, así es. – Conteste.- ¿Por qué preguntas? – Cuestione con intriga. El lanzo una mirada hacia arriba. Suspiro, y luego volvió a hablar.

-No lo sé, soy curioso. – Dijo. – El es mi amigo… lo conozco. Pareces una buena chica, ten cuidado con el. – Me advirtió con indignación. No pude responder porque justo en ese momento Nicholas llego a la sala. Pero las palabras de Joe habían quedado rondando en mi cabeza.

Narra Nick:

Escuche en el momento exacto cuando Joe le advirtió a Emma sobre Robbie. Y entendía porque lo hacia. Ese chico no tenía buena fama. Pero al mismo tiempo me alegraba saber que Joe otra vez estaba demostrando su lado bueno, que siempre tuvo y nunca perdió.

-¿Por qué tu hermano me advirtió sobre Robbie? – Pregunto Emma con curiosidad.

-Te diré la verdad. – Dije sincero. – Robbie no tiene buena fama como novio. En realidad cambia muy seguido a sus chicas. Y tu eres bueno… muy bonita. – Confesé. – Y llamaste su atención. Creo que tu le demostraste que no eres una chica fácil, y tal vez por eso se sienta más atraído hacia a ti. – Explique desde mi punto de vista. – Pero si estás feliz, tú sigue con el, solo ten cuidado. – Aconseje.

Últimamente con Emma nos comportábamos muy unidos. No había día en el cual no hablara con ella. Todas las noches nos llamábamos para contarnos como habían salido las cosas, y nos aconsejábamos mutuamente. Era como mi mejor amiga, y yo como su mejor amigo. Y me preocupaba un poco que saliera dañada por todo esto de su relación con Robbie, pero siendo una chica inteligente, no se dejaría vencer fácilmente. Mientras seguíamos platicando en mi casa, llegaron Kevin junto a Sophia y Jenna. Así que nos quedamos un rato junto a ellos.

Narra Emma:

Cuando vi a mi amiga Jenna, recordé que tenía que hablar con ella. En realidad, contarle algo lindo que había sucedido hace poco tiempo.

-¡Olvide de contarte algo! – Exclame dirigiéndome a Jenna.

-¿Qué cosa? – Pregunto curiosa.

-Es sobre mi hermano. No te mueras, por favor. – Dije graciosa. Ella rio y volvió a pedir que contara lo que tenia para decir. – Mi hermano… bueno, estábamos hablando y me dijo que para el, tu eres la más linda de mis amigas. – Conté. Y noté como a Jenna comenzaron a brillarle los ojos, y sonrió ilusionada.

-¿Realmente dijo eso? – Cuestiono atontada por mi respuesta.

-¡Si! – Respondí.

Era una situación muy divertida. Y realmente no me molestaba que le gustara mi hermano, aunque no estaba acostumbrada a compartirlo. Pero a pesar de que no la conocía demasiado, estaba segura que era una chica fantástica.

Luego de conversar un poco más con ellos decidimos salir a caminar un poco. Y en ese momento, me encontré con Robbie. El me tomo de la mano, y me alejo de ellos. Yo lo seguí. Percibí como Nicholas también se alejaba del grupo y tomaba el camino para regresar a su casa. Lo notaba molesto cada vez que yo me iba con Robbie.

-¿Qué miras? – Preguntó Robbie al observarme con la mirada perdida. No podía dejar de pensar en la advertencia de Joe y Nick.

-Nada… es solo que estoy un poco distraída. – Dije. Y al instante sonreí fingiendo que todo estaba bien.

-Emma… creo que ya llego el momento. – Insinuó.

-¿Qué momento? – Cuestione aparentando no comprender lo que insinuaba.

-El momento para esto… - Manifestó y se acerco directamente para besarme. Atormentada por la advertencia de mis amigos, confundida con mis emociones, y realmente dudando de mis sentimientos, me aleje de el, impendo que sus labios tocaran los míos. El chico me miro sin comprender lo que me sucedía.

-Lo siento, Robbie. No estoy segura de hacer esto. – Exprese con la mirada bajo. Hice un pequeño gesto lamentando lo sucedido y sin decir más nada me aparte de el. Dirigiéndome hacia mí casa.

Mi problema era que no quería ser demasiado fácil. No quería ser usada, y luego desechada como una basura, como una cualquiera. Tenía que impedir que Robbie me utilizara, temía que me anotara como una más en su lista, y luego me votara.

jueves, 11 de agosto de 2011

Capítulo 4.

Narra Emma:

Ya estaba anocheciendo, y yo seguía junto a mis amigas. Esta vez estábamos caminando por la plaza de la ciudad, con un helado en mano. Amaba ese delicioso alimento. Mientras lo saboreábamos con placer, conversábamos de nuestras vidas. En tan solo una tarde, tuve la oportunidad de conocer mejor a mis nuevas amigas, y cada vez mi confianza hacia ellas aumentaba, y sentí que con todas tenia algo especial para compartir. Con algunas teníamos gustos en común, con otra pensamientos, con otra teníamos ideas, o sentimientos. Pero era fantástico tener algo diferente con todas ellas.

-¡Tengo una gran idea! – Exclamo Melody con entusiasmo. Todas la miramos ansiosa para que nos dijera de inmediato su ocurrencia, y ella lo hizo fascinada. - ¿Qué tal si mañana planeo un reunión en mi casa? – Planteo.

-Sería genial. – Dijo Wendy. – Y puedes invitar a los chicos, y a las chicas. – Propuso.

-Si, esa era mi idea. – Contesto Melody. – En realidad quiero que Emma pueda conocer a más gente… en especial a los chicos. – Expreso mi amiga y me guiño un ojo con complicidad.

-Tu idea es demasiado genial. – Alague a mi amiga con una amplia sonrisa en mi rostro. Y luego todas reímos juntas.

La noche siguiente…

No era exactamente una fiesta lo que Melody había organizado. Pero si una reunión o un evento divertido y con buena música. Además su casa estaba completamente solitaria, porque sus padres habían salido de viaje por unos días. Me vestí y me maquille sencilla, como me gustaba hacerlo siempre. Un lindo pantalón de jean, y una musculosa con lentejuelas, era lo único que me hacia resaltar. En mis pies lleve puestos unos zapatos de taco no muy alto. Solté mi extensa cabellera color castaño claro, y la acomode con naturalidad. Antes de salir, mi hermano se interpuso en mi camino.

-¿A dónde vas así? – Preguntó fingiendo ser un chico demasiado serio.

-A la casa de Melody, una reunión con amigos. – Respondí reteniendo la risa.

-¿Habrá chicos? – Cuestiono algo celoso.

-Si.- Dije tímidamente.

-Cuídate, hermanita. - Expreso demostrando algo de su lado tierno. Y al instante reí.

-No te preocupes, estaré bien.- Me despedí dándole un beso en la mejilla. Mi hermano era el típico celoso, y muy sobreprotector. Pero si el percibía que algo andaba mal, debía hacerle caso, ya que por experiencia todo lo que me dijo resulto siendo cierto. Así que confiaba en la intuición protectora de mi hermano mayor.

Fui caminando hacia la casa de mi mejor amiga, ya que solo se encontraba a unas pocas cuadras de distancia de mi hogar. Al llegar toque el timbre de casa con normalidad, y ella me permitió el paso. Justo en el momento que ingrese a su vivienda, me sentí completamente rara, como si todo el mundo por unos minutos estuvo pendiente de mí, como si me observaran diferente. Y a decir verdad, era de esperar esas sensaciones, todos me conocían como la “chica nueva” y querían saber más de mi, era todo un misterio para ellos, y eso me hacia sentir totalmente incomoda entre sus miradas. Yo solo sonreí y salude tímida. No era fácil para mí manejarme entre todas esas personas desconocidas. Observe a Nicholas, estaba junto a Natalí bebiendo algo. Después reconocí a Joseph en otro rincón con sus amigos. Y luego me acerque a saludar a mis amigas, y también vi a Kevin. Ya que estaba junto a Sophia. Al parecer solo eran buenos amigos, pero todos decían que había algo más entre ellos dos.

Narra Nick:

Cuando Emma entro todas las miradas se volcaron en ellas. Supe que no la contemplaban de esa manera solo porque era “la chica nueva”, si no que muchos se impresionaban con su belleza. Claro, no hablo de una perfección extravagante, si no de su belleza natural. Traía poco maquillaje, y realmente lucia preciosa todo el tiempo. Su sonrisa era tan brillante, tan atrapante, de repente llegaba e iluminaba el lugar. No pude evitar quedarme algo embobado observándola, hasta que Natalí me trajo, algo enojada, de regreso al planeta tierra.

-¿Qué tanto ven a esa chica? Es horrible. – Dijo con mala actitud.

-No estoy mirándola. – Mentí.

-Te creo, pero todos mis amigos se la pasaron hablando de ella, y diciendo cosas como “su cuerpo es perfecto”. Es obvio que soy más linda que ella. – Expreso con cierta seguridad pero a la vez totalmente insegura de si misma.

-Tú eres muy linda. – La alague para que dejara de comportarse tan estúpidamente. Ella sonrió, y luego se acerco a besarme.

-Espérame un segundo, debo ir afuera a hablar por celular. Lo haré rápido. – Expreso y se fue con prisa hacia el exterior.

Me quede unos segundos en soledad, hasta que Emma llego y me saludo con simpatía. Hablamos unos minutos sobre nuestras vidas. Me dijo que en general se sentí bien recibida por todos, y que estaba contenta de haber regresado. Hubiera sido genial seguir conversando con ella, era realmente una chica encantadora. Pero justamente llego Natalí que la rebajo completamente, observándola con envidia y descaro. Emma la miro y sonrió.

-Lindo vestido. – Dijo mi amiga con una sonrisa. – Soy Emma. Tu eres… ¿Natalí, cierto? – Pregunto amable.

-Si. Soy Natalí, la novia de Nick. – Respondió y luego sonrió falsamente. Luego hubo un silencio incomodo de unos segundos, y Emma hablo.

-Será mejor que me vayan, supongo que quieren estar solos – Expreso algo incomodada por la situación, y se retiro.

No me agrado en absoluto como Natalí trato a Emma. Pero por ser una chica un poco insegura, era una actitud un poco justificable. Así que no le di importancia, y seguimos con lo nuestro.

Narra Emma:

Regrese otra vez hacia donde estaban mis amigas. Esta vez tres chicos más se hallaban con nosotras. Uno de ellos era Robbie. Podía percibir como me miraba cada vez que me encontraba distraída. Sentía que a cada minuto penetraba con deseo sus ojos en mí. El me atraía físicamente, aunque no conocía su personalidad. Parecía callado, aunque cada tanto realizaba un chiste y reía estúpidamente. En un momento se desgranó, y comenzó hablar de muchas cosas, una atrás de la otra. Me dejo un poco aturdida, lo admito.

-Emma ¿quieres que vamos a beber algo afuera? – Propuso un poco inseguro de lo que hacia. Yo sonreí retraída y acepte la invitación.

Logre ver justo la mirada de Nicholas, al verme salir de la casa junto a Robbie. Sus ojos me miraron un tanto sorprendidos, y diferentes. No entendía porque me observaba de esa manera tan rara. ¿Qué ocurría con el?

martes, 9 de agosto de 2011

Capítulo 3.

Narra Nick:

Era una alegría tener a Emma otra vez en mi vida. Con ella viví una parte de mi infancia, y la recuerdo con mucha felicidad. Sé que seremos otra vez grandes amigos. Ya casi estaba anocheciendo, y Joseph regreso a casa. Aunque el ya no tenia horarios. Mi madre intentaba ponerle limites, pero el sencillamente no los respetaba, y hacia lo que se le daba la gana. Al llegar a casa, se echo en el sofá como un vagabundo, tomo el control remoto, y encendió el televisor. Luego pego un grito pidiéndole algo de comer a mi madre. Mientras tanto, yo me acerque para hablar con el.

-¿Qué quieres? – Pregunto mi hermano al notar mi presencia a su lado.

-Nada en especial. Solo quiero preguntarte algo… tengo una duda. – Dije.

-¿Qué quieres saber? – Cuestiono con mala gana.

-¿De verdad no recuerdas a Emma? – Pregunte con curiosidad. Pues no entendía el hecho de que no la recordara.

-Nicholas, sabes que no quiero traer nada de mi pasado. ¿No lo entiendes? – Expreso algo enojado.

-Lo entiendo, pero tal vez, no sé, recordar ese tipo de personas si te hará bien. Tener a alguien como ella en tu vida, no es malo, Joe. – Intente explicarle y darle ánimos, pero no tomo mis palabras.

-No me interesa. Y no sigas molestándome con esa idea. Gracias. ¿Ahora puedo estar en paz? – Exclamo al mismo tiempo que me despojaba de aquel sitio.

No comprendía porque Joseph era tan negativo, y no intentaba mejorar su vida. Se que sufrió por muchos motivos, pero debía seguir adelante y no estancarse en los mismo problemas, de una vez por todas debía superar lo que había sucedido. Existen cosas peores. Y lo que le ocurrió a Joe fue malo, pero algo que debía prevalecer de todas formas, dejar atrás. Hace un año atrás su novia de toda la vida, su primer amor, lo engaño con su mejor amigo. Todo su grupo de conocidos, lo sabía, nadie se lo dijo. Y como Kevin y yo estamos alejados de los chismes y esas cosas, fuimos los últimos en enterarnos. Y apenas lo supimos, se lo dijimos sin perder más tiempo. Desde ese momento, cambio su grupo de amigos, sus actitudes, su manera de ver la vida. Ahora esta rodeado por gente más falsa que la anterior, es todo un chico “popular”, dice que ya no cree en el amor por eso mismo cada fin de semana sale con una chica diferente, y desconfía de todo el mundo, todo el tiempo.

Narra Emma:

Otra vez amanecía, y el sol regresaba a despertarme, con sus rayos de luz que me iluminaban a tras de la ventana de mi habitación. Abrí mis ojos lentamente, y practique mi rutina de todas las mañanas. Luego decidí que era buena idea invitar a mis amigas a casa, así conocían mi hogar. Entonces después del almuerzo, ellas llegaron con una sonrisa. Melody, Sophia, Wendy y Jenna se hallaban en mi casa. Nos adentramos en mi habitación, a charlar y conversar un poco de todo, al mismo tiempo que oíamos música y leíamos revistas.

-¿Y, que te parecieron los chicos? – Preguntó Melody con su mejor cara de picardía.

-¿Cuál es el más lindo para ti? – Indago Sophia curiosa.

-Mmm- dude al responder. – Robbie es muy lindo. – Dije. Y lo decía con razón, el era un chico muy guapo. – Pero los hermanos Jonas también tienen lo suyo. – Acoté. Las chicas rieron en coro.

-Robbie estuvo con miles de chicas, para todos es el más lindo. – Expreso Wendy.

-Si, es lindo. – Afirmo Jenna. – Pero creo que hay mejores que el, no sé, creo que es más importante su belleza interior, y no sé si Robbie la tiene. – Opino. Y todas le dimos la razón.

Seguimos conversando así durante un buen rato. Y me di cuenta que todas eran chicas muy buenas, seriamos grandes amigas. Más tarde, nos dimos cuenta de que ya era hora de merendar, todas estábamos evadidas de apetito. Así que todas fuimos al comedor, a merendar con tranquilidad. En ese mismo momento, cuando todas estábamos alimentándonos entre risas, llego mi hermano Taylor. El saludo a todas con una extensa sonrisa. Y note la forma en que Jenna lo observaba. Parecía que había quedado impactada al ver a mi hermano. Cuando el se fue, le pregunte que le sucedía.

-¿Estás bien, Jenna? – Pregunté algo preocupada.

-Si. – Contesto. – Pero ¿puedo decirte algo? Júrame que no te vas a enojar. – Pidió.

-No lo haré. Cuéntame, con confianza. – Indique con una sonrisa.

-Tu hermano… es… es muy lindo, es hermoso. – Dijo con un brillo en sus ojos. Yo reí levemente. No era la primera vez que me lo decían. Básicamente más de cinco chicas me dijeron lo mismo, pero la manera en que Jenna me lo decía era diferente.

Seguimos platicando entre risas. Hasta que alguien toco el timbre de casa. Salí tranquilamente a abrir la puerta, y vi que era Nicholas. Noté que recordaba donde vivía y eso me alegro. Pero -me sorprendí al verlo. Lo hice pasar, y al ver a todas mis amigas, hizo un comentario.

-¡Hola! – Saludo a todas. – Veo que aquí hay reunión de chicas, así que Emma, podemos hablar en otro momento. No hay problema. – Dijo Nicholas.

-¡No! – Interrumpió Melody. – Los dejamos solos. Estaremos en tu habitación, amiga. – Exclamo al mismo tiempo que subían todas las escaleras.

-¿Qué ocurre, Nick? – Pregunté con cierta intriga.

-Solo quería disculparme por la manera en la que Joe te trato. No fue para nada caballero. – Se disculpo en nombre de su hermano.

-Oh Nick, eres muy cortes de venir a mi casa y pedir disculpas por tu hermano. Pero no era necesario, en serio. – Dijo con una sonrisa.

-Entiéndelo, no tuvo un pasado muy bueno. Pero búscalo para hablar si quieres, y el podrá contarte, tal vez hable contigo. – Aconsejo. – Finge no recordarte, pero si se acuerda de ti. – Confesó.

-Eso me alegra. – Dije con sinceridad. Estaba por pronunciar otras palabras, cuando el celular de Nicholas interrumpió. Era Natalí, eso fue lo que me dijo. Al parecer ellos estaban saliendo, e iban a verse. Así que me despedí de el, y regrese con mis amigas. Entonces entendí que solamente seriamos muy buenos amigos, y que debía ir en busca de otros chicos, otro camino.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Capítulo 2.

Narra Emma:

Su anatomía estaba frente a mí. Mientras hablábamos con frases un poco cortantes, porque recién acabamos de vernos después de mucho tiempo, Nicholas comenzó a reír.

-¿Qué es lo que te da tanta risa? – Pregunté confundida pero a la vez con diversión.

-De pronto recordé las travesuras que hacíamos de pequeños. – Dijo y lanzo otra carcajada contagiosa. Yo reí instantáneamente.

-Recuerdas el día que estábamos en el parque, tu me hamacabas y sin querer me hiciste caer. Yo lloraba tan exageradamente. – Exclame entre risas.

-Si, lo recuerdo. Tuve que cargarte en mi espalda y llevarte hasta tu casa. – Dijo y volvió a carcajear. – Que recuerdos ¿no? – Añado. Antes de que pudiéramos seguir hablando, una chica de tez blanca, y cabello largo hasta la cintura y negro como el ébano, se interpuso entre nosotros. La reconocí perfectamente. Era mi vieja ex amiga, Natalí. Noté como me rebajo con la mirada disgustada. Ni si quiera fue cortes conmigo. Se porto como una total maleducada. No fue capaz de decirme “hola”. Realmente me molestaba un poco, porque ella y yo habíamos compartido lindos momentos. Pero las personas cambian ¿no? En un nanosegundo Natalí se había desvanecido junto a Nicholas dejándome totalmente sola en aquel sector del lugar. Así que fui en busca de mis amigas. Cuando finalmente las encontré, estaba junto a un grupo de chicos. Al contemplarlos a lo lejos, solo reconocí a uno. Era Joseph Jonas. Aunque el al verme fue totalmente indiferente. Melody me los presento a todos, uno se llamaba Scott, era alto cabello negro lacio y corto. El siguiente era Robbie, también era alto, su cabello era entre rojizo y castaño, ojos claros. Su tono de voz era alevoso, daba la impresión que todo el tiempo quería hacerse notar, llamar la atención. Luego estaba Max, de estatura baja, piel trigueña, pelo lacio color castaño claro. Y el último en presentarse fue Corbin, era rubio, ojos color verde, su cara era angelical. Realmente todos los chicos eran físicamente lindos, y a decir verdad, me cayeron bien. Aunque algunas cosas sobre ellos me desagradaron. Platicamos un poco junto a ellos, hasta que decidimos ir a bailar un poco. Mientras danzábamos con diversión, dejándonos llevar por el ritmo de la música, uno de los chicos interrumpió mi bailoteo.

-Emma tengo un mensaje para ti. – Dijo Max.

-¿Si? ¿Qué pasa? – Pregunté algo desinteresada.

-Dice Robbie si quieres bailar con el. – Comunico el chico intentando hacerse escuchar. Al oír sus palabras, reí levemente. Me parecía bien que me invitara a bailar pero… ¿Por qué rayos no venia el a preguntármelo?

-Dile a tu amigo que gracias, pero que me estoy divirtiendo mucho con mis amigas hoy. – Respondí y lo deje ir con prisa para seguir entreteniéndome con las chicas.

Cuando la fiesta llego a su fin, decidimos abandonar el lugar, pero antes de poder hacerlo, Nicholas se interpuso en mi camino.

-Emma ¿ya te ibas? – Preguntó.

-Si. – Dije. – Debo irme, pero fue un placer volver a verte. – Admití.

-Si, una agradable sorpresa. – Expreso el y sonrió con timidez. - ¿Quieres venir a almorzar mañana? – Propuso.

-Me encantaría. – Acepte. – Además quiero ver a Kevin, hoy no estaba aquí. – Dije.

-Si, claro, mañana podrás verlo. Mi mamá se pondrá muy feliz si vienes mañana, te esperamos.- Exclamo intentado asegurarse que estaría allí de todas formas.

-Quédate tranquilo. Vendré sin falta. – Dije con mucha seguridad. Acto seguido, me dio un beso en la mejilla despidiéndose de mi. Luego subimos al auto del padre de Melody, que estaba esperándonos para llevarnos a casa.

Al día siguiente asistí al almuerzo con la familia Jonas. Todos me recibieron con mucho afecto, con alegría. Excepto Joseph, que al llegar me trato con indiferencia, al parecer era una desconocida para el.

-¿Quién eres? – Preguntó expresando desconocerme.

-Soy Emma, Joe. Tu antigua vecina, ¿no me recuerdas? – Conteste algo confusa.

-Lo siento, no se quien eres. – Dijo con seguridad. Y luego miro a su madre y siguió hablando. – Mamá, hoy no almorzaré aquí. Me voy con mis amigos, adiós. – Exclamo y se despidió haciendo un gesto con su mano. Así que almorzamos sin un hermano menos. Igualmente, todo salió muy bien. Tuvimos la posibilidad de ponernos al día con todas las noticias. Cuando todo finalizo, Nicholas me acompaño hacia la puerta de salida.

-Gracias por venir, Emma. – Agradeció con una cálida sonrisa.

-Nicholas, no me agradezcas. Fue un placer venir hoy aquí. – Exprese con sinceridad.

-Pero me gustaría hablar contigo a solas, más tranquilos. – Dijo. Y luego siguió. – Te llamaré ¿si? – Señaló.

-Esperaré tu llamado. – Conteste con normalidad. Luego le di un beso en la mejilla, y me retiré de casa.

Seguí mi camino hacia casa, cuando antes de llegar, dos chicos se interpusieron en mi camino. Sentí que me miraban con profundidad. Intente esquivarlos, pero ellos lo impidieron, se mantenían ahí, frente a mi, impidiéndome el paso.

-Así que tú eres la nueva chica. – Dijo uno de ellos y mordió su labio inferior.

-Si… soy yo. – Respondí nerviosa.

-¿Quieres dar un paseo con nosotros, bonita? – Propuso el siguiente chico y yo lo mire estupefacta.

No sabía como salir de esa situación lo más rápido. No confiaba para nada en eses chicos, me hablaban con demasiado atrevimiento. Quería desaparecer de allí, correr. Hasta que Joseph Jonas apareció detrás de ellos.

-Hey, ya déjenla en paz. – Pronuncio con seriedad. Yen un nanosegundo los dos individuos ya no me observaban, hablaban con Joe amistosamente. – Serán amigos. – Pensé. Y en un instante desaparecí de allí. Aunque me retiré con mis dudas. No comprendía porque Joe me había ayudado, si a decir verdad, al parecer el “no me recordaba”. Aunque esto ultimo me parecía poco creíble, porque cuando yo abandone la ciudad, el tenia edad suficiente para reconocerme, cualquier persona memoriza su infancia, y más a sus amigos.

Hola a todas :] ¡Muchas gracias por leer! Me encantaría saber su opinión, o que me dejen algunos comentarios. Espero recibirlos, las quiero :]

Evi.